Hubiera emocionado, estresado, decepcionado; tanto aceleramiento, intolerancia, falta de responsabilidad, conflictos, desavenencias, risas, complicidad, etc.
Todo empezó con un "error". Fue la historia de una consecuencia bien merecida.
Como todo proceso, éste tambien tuvo su costo (Víctor, José y Eliana) y su beneficio (crecimiento con dificultad).
En resumen: junté un grupo (seres queridos), al poco tiempo lo deshice, cambiándolo (error )por otro (no me escuché bien, seguro hablé despacito o es que soy terca); luego resulté inmersa en un tercer grupo; "desdichada" me dije, hasta que aprendí que hay siempre de quién y de qué aprender. Seguimos sobre la marcha y menos mal entre tanto integrante inconforme con su equipo prevalecieron las ganas de demostrar que cada uno podía hacerlo. Lo hicimos y...
Todo terminó con un triunfo, sí, gané; no porque no me importe mansillar relaciones amicales, sino porque ahora las valoro más y sé que sus corazones buenos no albergarán, por mucho tiempo, rencor por mí. Sé que son buenos, por eso los quiero. Además podrían agradecerme algo, por mí se conocieron, antes ni se hablaban, hoy hasta se llevan bien.
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